miércoles, 7 de enero de 2015

Empididae y la evolución del comportamiento sexual (Etología).



El comportamiento sexual, ya sea cópula o de cortejo, es extremadamente interesante y variado en el mundo animal, y obviamente no carece de explicación.
El comportamiento de los diferentes animales tiene también una trayectoria y origen evolutivo. Cuando observamos un comportamiento desde una perspectiva evolutiva podemos realizarnos preguntas cuya respuesta nos ayuden a comprender mejor al animal ¿Cómo surgió? ¿Cómo empezó? ¿se ha modificado con el tiempo?. Podemos encontrar algunas respuestas buscando en el origen filogenético. En el caso de tener una inferencia filogenética fuerte, podremos encontrar especies que puedan ordenar el comportamiento hacia la complejidad mediante variables de un comportamiento ancestral.


E. aerobatica, foto de E.M. Fisher.

                                 Empis aerobatica. Foto de E. M. Fisher
A veces es imposible el conocer la trayectoria evolutiva, pero en este caso hay una marcada evolución en el comportamiento sexual de algunos insectos empídidos. Estos dípteros son voraces depredadores, con hembras muy agresivas, por lo que el macho ha de trabajarse mucho el cortejo. En los géneros Hilara y Empis puede darse el caso de que el macho se acerque a la hembra con intenciones copuladoras y que esta lo tome por una presa, lo agreda y se acabó la historia. En las soluciones se ve la evolución del comportamiento.
 En algunas especies el macho se acerca a la hembra mientras la hembra come, para que al estar esta saciándose minimice las posibilidades de él mismo ser considerado una presa. 
En otra situación, los machos de alguna especie como Empis livida, capturan una presa que otorgan a la hembra para que esta se la coma y minimizar riesgos de depredación. En otras el macho envuelve parcialmente una o varias presas en un capullo de seda, para que la hembra tarde más tiempo en obtener la comida y así ampliar el tiempo de cópula y minimizar riesgo.  
 Otras especies, como Empis borealis e Hilara wheeleri, envuelven totalmente la presa en seda, así la hembra tardará más tiempo en desenredarla.  Incluso hay especies que otorgan alimentos deteriorados, secos o ya consumidos envueltos en el capullo.
 En el caso de Hilara sartor, Empis snoddyi y H. granditarsis,   el macho regala un capullo de seda sin alimento, engañando a la hembra que se entretiene en deshacer el capullo para no encontrar nada. En este comportamiento de H. sartor, el más evolucionado, parece que el macho consigue aplacar a la hembra sin tener que invertir en los costos de obtener alimento, pero la cosa es que esta especie se alimenta de néctar. 
La cosa es que la evolución del comportamiento, al verse ya condicionada por el paso evolutivo en el que el macho entrega un capullo a las hembras, ha hecho que las hembras valoren el regalo  (quizá como una muestra de fitness) y elijan a los machos que les traen un capullo (y si es grande, mejor). Ya que queridos amigos, la selección sexual siempre se encuentra antes de la selección natural. De ese tema ya hablaré en el futuro en este blog.
Asique si buscáis una explicación del comportamiento, ya sabéis, ¡barajad entre costos y ventajas!.

PD: como veis he escrito sobre invertebrados, aunque sabéis que mi pasión son los vertebrados.

Bibliografía:

Kessel, E. L. 1955. The Mating Habits of Balloon Flies. (Diptera: Empididae). Syst. Zool. 4: 97-104

Lorenz, K.  Sobre la agresión el pretendido mal. 1966.

Sadowski, Jennifer A.; Moore, Allen J; and Brodie, Edmund D. III, ‘The evolution of empty nuptial gifts in a dance fly, Empis Snoddyi (Diptera: Empididae): Bigger isn’t always better’, Behavioural Ecology and Sociobiology, Vol. 45, Nos. 3-4, 1999.

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