Siguiendo con los dinosaurios y dado la imagen
popular desactualizada que se tiene de muchos de ellos, hoy voy a tratar el que
debe de ser el más famoso de todos ellos.
Estimados lectores, hoy os presento al Tyrannosaurus rex.
Como ocurre con todos los organismos, tiene un
nombre binomial (formado por dos palabras). El nombre genérico Tyrannosaurus y el nombre de la especie rex.
He escuchado muchas formas por parte del público
para referirse a este dinosaurio: “el rex”, dinosaurio rex, T-rex… La forma
clásica de llamarlo en nuestra lengua cervantina sería tiranosaurio.
Es curioso que el dinosaurio más famoso, apareciera
justo al final de la era de los dinosaurios (Mesozoico), en el Maastrichtiense,
viviendo desde hace 68 a 66 millones de años. Una muy pequeña porción de tiempo
comparado con lo que son los 186 millones de años de duración del Mesozoico.
La fama de este animal prehistórico es incalculable,
y se debe a que durante mucho tiempo fue el depredador terrestre con mayor tamaño
estimado. Cuando yo era niño no era difícil encontrar en los libros de texto
que esta especie alcanzaba los 14 metros. A día de hoy sabemos que el ejemplar
más completo conocido, FNMH PR 2081, apodado Sue, mide 12, 4metros. Además su
anatomía es fácilmente reconocible: posee una cabeza enorme con poderosas
mandíbulas, un cuello corto y unas diminutas manos con solo dos dedos en cada
una. Actualmente se estima que estos animales podrían alcanzar los 8000 kilos
(Hutchinson et al., 2011).
Como ocurre con estos animales, mucho ha cambiado
con el tiempo lo que sabemos sobre ellos. También ha cambiado la visión popular
de los mismos. De lentos trípodes reptilianos que arrastraban la cola y se lo comían todo, a eficientes
depredadores que usaban la cola como contrapeso. Quizás como viene ocurriendo
últimamente, la imagen popular actual de este dinosaurio vienen dada por
Jurassic Park.
Reconstrucción de C. Kinght de 1919.
Imagen tomada de Jurassic Park, por favor señores de Universal no se enfaden.
Según Carpenter 1997 y Currie 2001, en algunos
restos de Gorgosaurus, un
tiranosáurido del Cretácico, se encuentran escamas de forma hexagonal y restos
de piel que recuerdan a la piel de las aves. Por otra parte, los
revolucionarias publicaciones de tiranosaurios basales (primitivos) con
cobertura de protoplumas (Xu Xing et al., 2004) confirma la existencia de filamentos
en el grupo de los tiranosaurios y abre la posibilidad de que los grandes
tiranosaurios como Gorgosaurus, Daspletosaurus y Tyrannosaurus alternaran escamas y protoplumas como ya se sabe que
ocurre en otros dinosaurios.
Durante muchos años se ha debatido si el Tyrannosaurus era un cazador activo o un
carroñero. Lo que si tenemos son evidencias de consumo de otros grandes
dinosaurios, como Triceratops, por
parte de T.rex, pero estas evidencias
son marcas de dientes, que no tienen por qué realmente implicar un caso de caza
activa.
Como ocurre con depredadores actuales y animales que
necesitan una amplia precisión visual para medir distancias y capturar a sus
presas, el Tyrannosaurus y el resto de su familia tenían una visión binocular,
con las órbitas orientadas hacia el frente. Lectores que aún puedan creer que este animal solo veía elementos en movimiento como le han enseñado en las películas o en las leyendas populares, que quede claro que posiblemente tuviera una buena vista y una excelente capacidad para calcular distancias.
Según Hutchinson et al., 2011, Tyrannosaurus sería el animal terrestre con los músculos de sus
extremidades posteriores más desarrollados de cuantos hayan existido. Quizás
este hecho concuerde con una capacidad como depredador de embestidas de
potencia. Según Krauss y Robinson, este animal cazaría mediante el acecho,
realizando tras ello una embestida de potencia en la que trataría de atrapar
rápidamente a su presa. La verdad es que es necesaria una buena estrategia de
caza y una buena cobertura para ocultar a un cazador del tamaño de un Tyrannosaurus.
Seguramente todos recordemos la presentación del Tyrannosaurus de la película Jurassic
Park de 1993. A mí, a mis menos de 6 años, me dejó totalmente expectante de lo
que estaba por llegar. Esos temblores, ese sonido retumbante de pisadas, las
ondas de agua en el vaso, todo un recurso visual y sonoro que te pegaba a la
butaca.
Ahora simplemente pensemos ¿Podría un depredador que
caza al acecho ir haciendo semejantes ruidos? Sería una carta de presentación,
algo como: “Hola soy yo, Tyrannosaurus,
pasaba por aquí y te puedo comer”. No se cómo de exitosa sería una estrategia similar a la de la
tortuga caimán Macrochely temminckii,
o la de los anuros del genero Cerathropys
que se quedan apostadas inmóviles esperando a que una presa se acerque para
poder atacarla. En el caso de que el Tyrannosaurus
tuviera un comportamiento de búsqueda, acecho y captura, esos sonidos y
retumbares que tanto nos apasionaron hace 22 años serían muy improbables. Los
dinosaurios son animales muy neumatizados y tienen una almohadilla plantar,
todo esto les ayuda a que sus cuerpos soporten correctamente su masa y peso.
Por lo tanto podríamos divagar que el Tyrannosaurus fuera un animal de pasos
silenciosos, que se acercara sigilosamente a sus presas, a pesar de sus
6000-8000 kilos de peso.
Para quien opine que estoy loco y diciendo una
burrada. Os puedo asegurar que a nosotros se nos acercó un grupo de elefantes
africanos de sabana mientras dibujábamos tranquilamente y no los escuchamos
venir, el único ruido fue el de cuando empezaron a romper ramas de acacia. Y os
aseguro que se acercaron bastante cerca.
Arriba los susodichos elefantes. Os dije que los tuvimos bien cerca.
Si contásemos con este posible comportamiento de acechp, sus
desarrollados lóbulos olfativos, su visión binocular, sus extremidades
posteriores con unas proporciones más cursoriales que las de sus presas y la evidencia
de animales que han sido atacados por tiranosaurios y han sobrevivido;
deberíamos concluir en que Tyrannosaurus era
un animal cazador.
Asique ya sabéis, vuestro posible depredador
prehistórico favorito posiblemente fuera un cazador de acecho y ataque
explosivo que puede que tuviera una cobertura de filamentos o plumas en algunas
regiones de su cuerpo. Y a mí, así, me gusta mucho.
Y aquí abajo podeis ver la reconstrucción del espécimen FNMH PR 2081 que hizo quien os escribe.
Carpenter, Kenneth (1997).
"Tyrannosauridae". In Currie, Philip J.
& Padian, Kevin (eds.). Encyclopedia of Dinosaurs. San Diego:
Academic Press.
Currie, P. (2001). 2001 A. Watson
Armour Symposium: The Paleobiology and Phylogenetics of Large Theropods. Field
Museum of Natural History, Chicago.
Hutchinson,
J. R.; Bates, K. T.; Molnar, J.; Allen, V.; Makovicky, P. J. (2011). "A
Computational Analysis of Limb and Body Dimensions in Tyrannosaurus rex with
Implications for Locomotion, Ontogeny, and Growth". PLoS ONE 6
(10)
Krauss, David A. and Robinson, John M. . " The Biomechanics of a Plausible Hunting Strategy for Tyrannosaurus rex". Tyrannosaurid Paleobiology (Life of the Past). Indiana University Press.
Xu Xing, X; Norell, Mark A.; Kuang
Xuewen; Wang Xiaolin; Zhao Qi; Jia Chengkai. (2004). "Basal
tyrannosauroids from China and evidence for protofeathers in
tyrannosauroids". Nature 431
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