El lobo es un carnívoro social de la familia de los cánidos
y ha sido uno de los carnívoros más extendidos a lo largo del mundo. Aunque sus
territorios se han visto drásticamente reducidos, esta especie habita en Norteamérica,
norte de África, casi toda Eurasia e incluso Australia en la forma de la
subespecie conocida como dingo (Canis lupus dingo).
El territorio y población de este mítico animal se
ven amenazados por el conflicto con el ser humano. Es cierto que el lobo, puede llegar a
interferir en los intereses del ser humano, pero su nivel de afectación es
mínimo como para siquiera considerarlo problemático. Se dice que el lobo afecta
a menos del 1% de la cabaña ganadera y a pesar de no haber podido acceder a
dichos datos, en una publicación de Felipe Barcena titulada El lobo en Galicia se dice que afecta a
un 1% de la ganadería en extensivo… si la juntamos con intensivo es de suponer
que el resultado total es menor al 1%.
El lobo es un animal extremadamente complejo en
cuanto a su etología. Al ser un superdepredador territorial, su número se va a
ver claramente limitado por la cantidad de recursos en el territorio y como
ocurre con todos las especies que ocupan tal nicho, es imposible que haya una
superpoblación del taxón debido a la autorregulación por competencia
intraespecífica. Sus efectivos demográficos se ven tanto limitados por los
recursos, como por el territorio y por lo que es la propia especie. Esto es algo muy básico, pero parece que no
terminan de entenderlo algunos poderosos que hacen bailar números para poder
abatirlos a tiros.
En un mundo en el que se confunden los términos “gestión”
y “matar” y en el cual se pide el “control” (siendo este control sinónimo de
muerte de ejemplares) para evitar o reducir los ataques al ganado, se está
totalmente pasando por alto la realidad de esta especie.
Como ya he dicho el lobo es un cazador social, con
grupos familiares de relaciones íntimas e intrincada organización en los que
cada individuo ocupa un puesto que hace funcionar el conjunto de la manada.
Esta capacidad de organización social es la estrategia que hace funcionar al
lobo en su medio. En el momento el que el grupo sufre una baja, la pérdida del
individuo tiene una repercusión social, estructural y práctica que puede
desestabilizar la manada. Y es a causa de estos casos, cuando se suceden de
forma más asidua los comportamientos aberrantes.
La tesis doctoral de A. Fernández Gil demuestra que
el “control” del lobo para evitar los ataques al ganado, al provocar bajas y
desestructurar el grupo social, lo que hace es provocar e incrementar los
ataques al ganado. Por lo tanto la muerte del lobo no solo es un fin atroz y
nada conservacionista, sino que es una actividad contraria al fin que
supuestamente se busca. El “control” del lobo por lo tanto es una falacia que
únicamente pone en peligro la supervivencia geográfica de la especie.
Esto queda abalado no solo por los datos de la tesis
de Fernández Gil los cuales proceden de la Cornisa Cantábrica, sino que el
resultado es el mismo en Idaho, EEUU; y
en Australia.
Cercana a esta problemática del sector ganadero, tenemos la caza cinegética del lobo. En algunos lugares y empresas de caza, este colectivo que se dice a si mismo que lucha por la conservación, busca y ofrece la caza del lobo trofeo, a poder ser el macho alfa. Estas muertes cinegéticas producen el mismo impacto fatal en los lobos.
Existen estas evidencias, el lobo es un animal cuya etología se conoce muy bien. Es ya hora de que las autoridades competentes y aquellos que practican lo indefendible abran los ojos y dejen de mirar a otro lado cuando tienen la verdad delante de sus narices.
Referencias:
Barcena,
F. 1990 El lobo en Galicia.
Fernández Gil, A. 2013 “Comportamiento y conservación de grandes carnívoros en ambientes humanizados. Osos y lobos en la Cordillera Cantábrica” tesis doctoral
Wallach, A.D., Ritchie,
E.G., Read, .J y O’Neill, A.J. 2009. More than Mere Numbers: The Impact of
Lethal Control on the Social Stability of a Top-Order Predator. PLos One
Wielgus, R.B. y Peebles, K.A. 2014 Effects of wolf
mortality on livestock depredations PLoS
One
En Asturias y en Castilla y León los daños del lobo al ganado también están por debajo del 1%.
ResponderEliminarMuy buen artículo
Si no hace el 100% de daño a la cabaña es debido a las enormes medidas de protección. Si entra en una nave o encuentra un rebaño sin pastor, no para de matar ovejas hasta que acabe con ellas. No mata para comer, mata por instinto.
ResponderEliminarPero es que si una joyeria se deja sin nadie supervisándola y puertas abiertas, también desaparecen las joyas. Los ganaderos DEBEN trabajar en sus empresas y mantenerlas vigiladas, de lo contrario las pérdidas son negligencias.
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